Descubre Nuestra Historia
Desde muy joven, Antonio Araez se sumergió en el mundo de la cocina, donde los aromas, las cacerolas y los cucharones se convirtieron en sus primeros compañeros de viaje.
Con la cocina en las manos y en el corazón, aprendió que cada plato puede ser una historia y que el mejor ingrediente siempre es el cariño.
Después de años entre fogones, decidió dar un paso al frente para construir algo propio, auténtico, con su nombre y su sabor. Fue entonces cuando, junto a Encarni, su compañera de vida y cómplice de sueños, dieron forma a un proyecto que no solo se iba a dedicar a cocinar, sino a crear un hogar para quienes aman la buena comida y la compañía auténtica.
Así nació Casa Araez, en Pilar de la Horadada. Con una misión:
Crear momentos felices a cucharadas, llenando cada mesa de buen humor, historias compartidas y sabores que despiertan sonrisas.
Años más tarde se incorporó su hija Cinthia, trayendo consigo nuevas ideas, energía y el mismo amor por la cocina y la hospitalidad que siempre había marcado a la familia. Con ella, el cariño se multiplicó, el proyecto se hizo más fuerte y nuestra mesa se amplió aún más, manteniendo intactas las raíces y la esencia familiar que nos distingue.
No tenemos recetas con nombres impronunciables, pero sí ingredientes con nombre y apellido. Aquí el pan se moja, los platos se rebañan y las risas se oyen desde la cocina.
Dicen que cocinar es un arte; nosotros creemos que es más bien una excusa perfecta para reunir gente que se quiere bien y come aún mejor.
Aquí no solo se come. Aquí se vive el sabor.

